Me habitan Nietzsche,
Cortázar,
El Che.
Me dictan Jauretche,
Sabina,
La biblia y un calefón.
En mí también vive el asado con vino
Y las patas arriba de la mesa.
El ángel grisáceo de Dolina
Y sus carnavales decadentes de Boyacá.
La pelota descosida de la calle Uruguay,
Y la bacha de mi primer trabajo.
A veces me habla la crudeza de Sábato,
Otras, un desprolijo Norberto Napolitano.
Como si fuera mi cabeza el runrún de un bar,
Con vasos
Con hielo
Con chorros de soda
Y bandejas como estrofas que
Patinan sobre mi corazón macizo.
Me grita el mañana
(Y me toca el hombro el ayer).
Me llora un sauce del Ñandubaysal
Y el Zapallo del Parque Unzué,
El mate amargo
Y un puro del tío Jorge.
Me zumba Luca Prodan,
Benedetti con su let the wind speak
Y la merienda en la 55.
El murmullo de Andrelo,
Mientras Bécquer le pone rima a mis muertos.
Llevo el hambre
Y la panza llena,
El peso en la espalda de un bolsillo vacío
Y la suerte de una cama caliente.
El barro,
La helada hoja en blanco,
El aplauso, medalla y beso.
Soy hablado, atravesado, usado,
Médium de ausencias celestes.
Cada rumor que vive en mí
Me empuja hacia adelante.
Algo habrá de venir.
Cortázar,
El Che.
Me dictan Jauretche,
Sabina,
La biblia y un calefón.
En mí también vive el asado con vino
Y las patas arriba de la mesa.
El ángel grisáceo de Dolina
Y sus carnavales decadentes de Boyacá.
La pelota descosida de la calle Uruguay,
Y la bacha de mi primer trabajo.
A veces me habla la crudeza de Sábato,
Otras, un desprolijo Norberto Napolitano.
Como si fuera mi cabeza el runrún de un bar,
Con vasos
Con hielo
Con chorros de soda
Y bandejas como estrofas que
Patinan sobre mi corazón macizo.
Me grita el mañana
(Y me toca el hombro el ayer).
Me llora un sauce del Ñandubaysal
Y el Zapallo del Parque Unzué,
El mate amargo
Y un puro del tío Jorge.
Me zumba Luca Prodan,
Benedetti con su let the wind speak
Y la merienda en la 55.
El murmullo de Andrelo,
Mientras Bécquer le pone rima a mis muertos.
Llevo el hambre
Y la panza llena,
El peso en la espalda de un bolsillo vacío
Y la suerte de una cama caliente.
El barro,
La helada hoja en blanco,
El aplauso, medalla y beso.
Soy hablado, atravesado, usado,
Médium de ausencias celestes.
Cada rumor que vive en mí
Me empuja hacia adelante.
Algo habrá de venir.